jueves, 15 de noviembre de 2007

EL LIMITE DE LA AMBICION

Muy oportuna para este periodo de elecciones internas, esta reflexión del Vicepresidente del Partido PATRIA QUERIDA, Ing. Daniel Codas. Espero lo disfruten.
Nuestro partido está creciendo; y en este crecimiento empiezan a aparecer las disputas por liderazgos al interior del mismo. Este proceso natural puede convertirse en el combustible que dinamice y robustezca nuestra organización política; o en el elemento que la debilite e incluso la destruya. La decisión es nuestra.
No podemos dejar de observar el internismo en los demás partidos políticos; la mezquindad con que se desarrolla y las nefastas consecuencias que ha acarreado a muchos de ellos. Es fundamental en este período de desarrollo partidario y en vistas a las próximas elecciones internas y de candidaturas municipales, que seamos capaces de sentar las bases para un proceso de disputa de espacios de poder que no dañe al partido, sino que lo robustezca.
Y en esta tarea el rol que juegan los actores políticos y autoridades partidarias es vital. Las disputas por espacios de poder se basan en proyectos políticos de diferentes grupos o en ambiciones personales. Ambos son legítimos si se circunscriben a los reglamentos partidarios y a las relaciones dignas y francas. Por ello, la cuestión es cómo se procede a construir poder al interior del partido y cómo se enfrentan los proyectos electorales.
Es muy fácil dañar al partido en esta etapa de su vida. Cualquier dirigente que tenga la intención de hacerlo, lo podrá hacer sin mucho esfuerzo. Naturalmente no se precisa mucho poder para ello; ni existe mérito alguno en proceder de esta manera. También es fácil construir lealtades a través de la generación de controversias falaces o convocando a los que se sienten desplazados por un motivo u otro. Lo difícil es llegar a las confrontaciones electorales con legítimas ambiciones pero sin dañar al partido; y esta tarea pocas veces es asumida por todos los actores políticos; ya que muchos se sienten tentados y encuentran todo tipo de justificativos para apelar a las prácticas demoledoras y dañinas tradicionales.
El límite de la ambición personal es el interés superior del partido. Esta máxima aplicada con voluntad positiva, siempre será la mejor referencia de nuestras actuaciones en las confrontaciones internas. Si procediéramos de otra manera, podrá darse el caso que acumulemos mucho mas poder del que poseemos hoy, podremos ofrecer espacios de poder a las personas que simpatizan con nosotros, pero el resultado final será apenas la construcción de un partido político cada vez mas débil.
La responsabilidad personal es la única herramienta efectiva para evitar excesos; responsabilidad que muchas mas veces que las deseadas, obligan a renunciamientos, incluso cuando éstos puedan parecernos injustos, incluso cuando nos pareciera que nuestro renunciamiento privilegia a otros actores políticos con menos méritos que nosotros mismos.
Lo que hagamos o dejemos de hacer cada uno de nosotros en los próximos meses será diafanamente claro cuando arribemos a la contienda electoral. Allí nuestros actos estarán expuestos con toda transparencia; nuestras intenciones serán claras y los resultados de nuestras acciones darán su fruto. Por acción u omisión, ninguno de nosotros está exento de una posición de incidencia en este tema.
Estamos en una encrucijada; en la primera de ellas. Construir un partido sólido con líderes ambiciosos, francos y leales; o caer en la trampa de la disputa personal estéril con ambiciones desmedidas y egoístas, que podrá otorgarnos un fuerte liderazgo pero en un partido débil y en decadencia. La experiencia de otros partidos debe servirnos de ejemplo; y por ello, cualquier iniciativa que se parezca a las que se producen al interior de éstos, debe ser evitada, al precio del renunciamiento personal extremo si fuera necesario y de las medidas estatutarias que el partido ha establecido claramente en su fundación.
No hay sustituto para la buena fe, ni para el trato leal y directo; y no hay máscaras duraderas que oculten las actuaciones que se alejen de estas conductas. Estas primeras son las bases del relacionamiento entre seres humamos dignos. Estoy seguro que los principios de Patria Querida y la valoración del trabajo JUNTOS, en equipo, vencerán el desafío que nos espera en el año 2006; estoy seguro que todos sabremos privilegiar al partido por sobre nuestras propias ambiciones. El compromiso personal de cada uno de nosotros y la vista puesta en el objetivo superior de transformar el Paraguay, nos darán la motivación para actuar de la manera que más convenga a nuestro querido partido.

Daniel Codas
Vicepresidente PQ
27-dic-2005

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